Durante sus 2 primeros años en Pella, estuvo alejado de su
padre que estaba en constantes guerras. Cuando contaba con un año de edad nació
su hermana Cleopatra. En el año 355 a. C. Cumplió dos años y
todavía no hablaba y no sabia decir papá. Cuando cumplió 7 años fue separado
de su nodriza y confiado a un “pardagogos” un pedagogo. Su madre Olimpia lo puso al cuidado de Leonidas, oriundo de
Epiro, que debía enseñarle a leer y a escribir. Durante ese período conoció a
sus amigos, que más tarde serian la cuadrilla de Alejandro; llamados Leonidas,
Pérdicas, Lisímaco, Seleuco, Leonato, Filotas, Tolomeo, Crátero, Hefestión. Que
eran hijos de nobles a excepción de Hefestión que era hijo del general Parmenio.
El rey decidió que su heredero se educara en una
auténtica academia por lo que el príncipe fue enviado a la ciudad de Mieza.
Una
vez formado, Alejandro fue puesto bajo la tutela de Aristóteles, quien continuó
con la educación griega que estaba recibiendo.
Corría el año 342 y el joven príncipe
contaba con 14 años. Aristóteles impulsó el interés de su discípulo por la
geografía, la medicina, la poesía, la zoología, la botánica. Entre Aristóteles
y Alejandro surge una interesante relación que perdurará en el tiempo,
influyendo la doctrina del filósofo en la manera de actuar de Alejandro.
Paralelamente a esta formación académica, el príncipe continuó con su formación
atlética y militar, crucial para los diversos hechos de armas vividos por
Alejandro.
Durante estos años entablará un estrecho contacto con algunos
militares que se convertirán en auténticos compañeros de batalla, sus amigos ya
mencionados.